Estado de México responsable de la contaminación en la CDMX

51 millones de toneladas de emisiones anuales, las causantes
51 millones de toneladas de emisiones anuales, las causantes

De los 51 millones de toneladas de emisiones contaminantes anuales que se generan en la Zona Metropolitana del Valle de México, 33 millones provienen del Estado de México, entidad que es la principal responsable del envenenamiento del aire en la megalópolis.

Cifras de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, indican que existen 76 mil 476 industrias en la Zona Metropolitana del Valle de México, 52% en el Estado de México y uno por ciento en el de Hidalgo.

De este universo, cerca de 2 mil 500 industrias son responsables de generar la mayor cantidad de contaminantes, de esta cifra, 25 por ciento está bajo regulación de competencia federal.

Cada año, en promedio, se generan 51 millones de toneladas de emisiones contaminantes en la Zona Metropolitana del Valle de México, que en su mayoría provienen de industrias, sobre todo químicas, alimentarias, cementeras, de pinturas y de fabricación de plásticos, así como de generación y transmisión de energía eléctrica.

A esto hay que añadir la contaminación que se provoca por el consumo de gas y por cientos de miles de fugas diarias de este energético, así como la que se genera en los tiraderos de basura y la quema de residuos, todo lo que en conjunto representa el 85% de la contaminación del aire.

Es decir, el parque vehicular sería responsable del 15% de la polución atmosférica, siendo el transporte público (camiones, microbuses, combis, taxis, metrobuses, mexibuses, chimecos, etc), así como el de carga y transporte de mercancías y materialistas (tráileres, camiones Tortón, rabones, pipas, etc), el que provoca las mayores emisiones contaminantes.

La situación se complica aún más, debido a que muchas pequeñas fugas de gas no se reportan hasta que se vuelven significativas, es decir, cuando el olor se percibe fácilmente, es muy penetrante o la fuga ha causado ya algún flamazo o incluso una explosión.

Sin embargo, basta con acercarse a los cilindros que existen en casas, edificios o unidades habitacionales, así como en tanques estacionarios, muchos de ellos en pésimas condiciones, para poder percibir el clásico “olor a gas”, que en realidad es una sustancia llamada Etyl Mercaptano, que se le agrega al energético justo para advertirnos sobre una fuga, ya que tanto el gas LP y el natural son inodoros, detalla el documento elaborado por el gobierno capitalino.

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